viernes, 20 de agosto de 2010

El árbol de la buena onda.

ARBOL DE LA BUENA ONDA

Vaya a
caminar. Sonría a su
hijo. Haga a su álbum familiar. Cuente
las estrellas. Mime a lo que ama. Llame
a sus amigos por teléfono. Dígale a alguien
“Te quiero mucho”. Hable con dios. Sea un niño
por una ves. Salte a la cuerda. Borre la palabra “rencor”.
Diga que sí. Ríase. Lea un libro. Pida ayuda, corra. Cumpla de
sus promesas. Cante alguna canción. Anote su cumpleaños. Ayude
a un enfermo. Salte para divertirse. Cambie de peinado. Sea voluntario.
Piense. Devuelva un favor. Termine un proyecto. Rompa un hábito. Dese
un baño de espuma. Haga una lista de las cosas que hace bien. Relájese.
Exprese lo suyo. Trátese como un amigo. Escriba un poema bello. Visite
a un hermano. Sueñe despierto. Apague ya el televisor y hable. Permítase
equivocarse. Devuelva alguna amabilidad. Escuche a los grillos. Agradezca a
Dios por el sol. Acepte un cumplido. Perdónese. Deje que alguien lo cuide.
Muestre su felicidad. Aprenda algo que siempre deseó. Tóquese la punta de
los pies. Mire una flor con atención. No digas “no puedo” por un día. Cante
en la ducha. Viva cada minuto de la mano de dios. Empiece una tradición
familiar. Haga un picnic adentro.
Por hoy no se preocupes. Practique
el coraje de las pequeñas cosas. Ayude a una
anciana del barrio.
Aliente a su niño. Mire fotos viejas. Escuche a un amigo.
Imagine las olas de las playas. Juegue con su mascota.
Permítase brillar. Dese una palmada en la espalda.
Grite por su equipo favorito. Pinte.
un cuadro. Salude a
un nuevo vecino.
Haga un pequeño
cambio. Delegue
tareas. Hagale
sentirse
bienvenido a
alguien. Permita
que alguien lo ayude.
Sepa que no está solo. Hagase un regalo.

Aunque no lo tengamos siempre presente, hay un montón de
pequeñas cosas que pueden hacerse para mejorar cada día.

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